sábado, 9 de enero de 2010

VUELO 33



Que no se atreva la tarde/
a infligir una herida al vuelo vivaz de tu mirada./

He visto en esta noche sin estrellas/
la caricia más bella, ondulante en tus ojos de verano./

Que no se atreva la noche/
a dejarme inmortal bajo el perfume sensual/
de tu voz entre las gentes./

He saboreado de repente el amor en el dulce deseo/
de acariciar las olas mansas de tu piel./
Que no se atreva el alba/
a exiliarte en el olvido, a desterrarme mal herido/
sin poder respirarte el corazón/
en un suspiro./
He sabido esperar en la penumbra de los besos,/
recostado en la mitad del silencio./

Que no se atreva el amor a decir que no…/
que aún no es tiempo./
Hace un siglo de vuelos postergados que aún espero./
Un siglo de vuelos desesperados en el viento./

Que no se atreva el amor./
Que no se atreva.

Daniel Oscar Crosa Miño (Villaguay)